El arte de desconectar sin salir de casa
Vacaciones no siempre significan maletas, boletos y mapas. A veces, el mejor destino está justo donde estás: tu casa.
Y sí, se puede desconectar, recargar energías y crear momentos memorables sin cruzar la puerta. Aquí te damos ideas para lograrlo, combinando ratitos de me time con momentos compartidos en familia.
1. Ritual de mañana solo para ti
Antes de que el resto de la casa despierte, regálate 15 minutos.
Un té, una libreta, una playlist suave… o simplemente silencio.
Respira, estírate, escribe lo que sueñas o lo que agradeces.
Spoiler: No necesitas ser gurú del yoga para sentir paz.
2. Spa casero (con lo que hay)
Toalla tibia, puede ser de los nuevos tonos Bahía o Latte, exfoliante casero (azúcar + aceite), mascarilla de yogur y pepino.
Pon música instrumental, enciende una vela y cierra la puerta.
Bonus Ama de Casa: Si alguien toca, responde con voz zen: “Estoy en modo spa, vuelvo en breve”.
3. Tarde de juegos en familia
Cartas, dominó, adivinanzas, karaoke improvisado o “veo veo” versión creativa.
Lo importante no es el juego… es la risa.
Y si alguien se pone competitivo, ¡que sea por quién lava los platos después!
4. Cocinar juntos (sin estrés)
Elige una receta sencilla y conviértela en evento: pizza casera, galletas decoradas, arepas con rellenos locos.
Cada quien tiene un rol: chef, decorador, DJ, fotógrafo.
Tip: No importa si se quema un borde… ¡se celebra igual!
5. Rincón de lectura o siesta
Arma un nido con almohadas, edredones y luz suave.
Puede ser para leer, dormir, dibujar o simplemente mirar el techo.
¿En familia? Cada quien lleva su libro y se comparte una frase favorita.
6. Tarde creativa
Pintar piedras, decorar frascos, hacer collage con revistas viejas. No se trata de hacer arte perfecto, sino de liberar la mente y de compartir. Puedes invitar a tus amigas y aumentará la diversión, cada una lleva algo para picar y será una
Y si el resultado es raro… ¡se convierte en decoración oficial del mes!
Desconectar no es huir, es volver a ti… Este verano, haz de tu casa un refugio.
Con pequeños rituales, risas compartidas y momentos de pausa, el descanso se vuelve real.Porque el arte de desconectar empieza cuando decides que tú también mereces parar.